Para hacer una jeringa de esporas ponemos en un tarro tapado agua destilada durante 45 minutos en la olla a presión, contando el tiempo a partir de cuando alcanza la máxima presión, de forma ideal 15 PSI. Dejamos enfriar y cuando el tarro se haya enfriado lo introducimos en la caja de aire inmóvil junto al sello de esporas, un bisturí estéril y a las jeringas de 10ml estériles en su envase.
Pulverizamos la caja con lejía al 10% (también se puede usar agua con un poco de jabón líquido para que los contaminantes se queden pegados a las paredes de la caja), cerramos y esperamos 30 minutos. Nos ponemos guantes y nos limpiamos las manos profusamente con desinfectante.
Una vez pasado este tiempo y con las manos dentro de la caja, abrimos la tapa del bote de agua esterilizada, abrimos el print y rascamos las esporas sobre el agua. Con que caiga una porción visible es suficiente ya que las esporas son microscópicas. Podemos rascar el sello de esporas con un bisturí estéril o con la aguja de la jeringa, aunque de esta forma es difícil no romper el papel de aluminio. Mejor una jeringa clara que una demasiado oscura ya que mientras más esporas echemos más probabilidades hay de contaminación, ya que ningún sello de esporas está completamente limpio.
Abrimos una jeringa del envoltorio y sacamos y metemos agua para que las esporas se dispersen por el agua. Cogemos las jeringas una a una y las vamos llenando de agua del vaso, introduciendo una pequeña porción de aire para poder agitarlas posteriormente. Otra forma de introducir aire estéril es absorviendo aire mientras la aguja está al rojo por la llama de un mechero de alcohol (fuera de la caja de aire inmóvil).
Es conveniente trabajar sin prisa aunque lo más rápidamente posible para disminuir el riesgo de contaminación.