Aunque granos como el centeno y el trigo son mucho mejores, dejamos la técnica de preparación de arroz para el cultivo de hongos.
Necesitaremos arroz integral de cultivo biológico (para que no lleve fungicidas).
Teniendo en cuenta que el arroz se expande una vez que se cocine, partiremos aproximadamente la mitad en volumen de arroz. Lo enjuagamos con agua caliente hasta que el agua salga limpia. Lo dejamos en remojo 24h para que germinen las posibles endoesporas y la esterilización sea más efectiva.
Echamos el arroz en una olla y lo ponemos a hervir. Cuando esté «al dente» (ni duro por dentro ni pasado) y algún grano se haya abierto es la hora de retirarlo del fuego y escurrrilo con agua fria. Opcionalmente se puede añadir una cucharada de miel.
Lo dejamos escurrir bien (importante, si se queda encharcado aumentaremos la probabilidad de contaminación por bacterias) y rellenamos los vasos sin apelmazar el arroz.
La parte superior de los vasos la tapamos bien con papel de aluminio y lo pegamos con esparadrapo, el que he comprobado que funciona bien es el blanco que venden en farmacias, del que no hace daño al despegarlo (se puede apreciar en la foto de los vasos). Una vez hecho esto procedemos al proceso de esterilización: una hora y media en olla a máxima presión.
Muy importante: antes de inyectar las esporas hemos de asegurarnos que el arroz ya está a temperatura ambiente.