El 3 de agosto de 1962, investigadores del Departamento de Psiquiatría de la Universidad de Oklahoma, dirigidos por el reconocido colaborador de la CIA Dr. Louis Jolyon West (realizó la evaluación psiquiátrica de Jack Ruby), usaron como modelo animal para su experimento a Tusko, un elefante indio de 3000 kg del zoológico local.
El experimento en cuestión iba a ayudar a comprender el violento frenesí que los elefantes macho experimentan de una a dos veces al año tras completar su maduración sexual. Para llevarlo a cabo, suministraron a Tusko una dosis de 297 mg de dietilamida de ácido lisérgico (LSD) mediante un dardo disparado con un rifle.
Alrededor de cinco minutos después de administrar la LSD, al elefante le empezaron a temblar las rodillas para acabar desplomándose en el suelo entre espasmos. A los 20 minutos de haberle disparado el dardo lisérgico, se le administró 2800 mg de clorhidrato de promazina (un neuroléptico similar a la Thorazina) para contrarrestar la acción de la LSD en el organismo del paquidermo, pero sólo consiguió paliar levemente las convulsiones y la dificultad respiratoria.
Una hora después, el propio Dr. West le administró una cantidad no cuantificada de pentobarbital sódico en un intento sin éxito de salvar al elefante, muriendo este una hora y cuarenta minutos después de habérsele administrado la dosis de LSD.
Tras el fallido experimento, surgieron muchas dudas sobre que pudo ocurrirle a Tusko. La principal fue ¿qué le mató? Se dijo desde el primer momento que fue la LSD lo que acabó con la vida del elefante, aunque algunas mentes críticas cuestionaron públicamente que era una afirmación incierta ya que pudo haber sido la desmedida cantidad de clorhidrato de promazina o la cantidad desconocida de pentobarbital sódico las que acabaron con la vida del animal.
Otras voces se centraron en criticar que las cantidades de fármacos suministrados a Tusko fueron torpemente trazadas, ya que se calcularon en función al tamaño del paquidermo y no de otros parámetros como el peso, la bioquímica o la farmacocinética y farmacodinámica del elefante.
Hay una extendida teoría de que lo que pudo matar a Tusko fue el clorhidrato de promazina, ya que uno de los efectos de la thorazina (sustancia mejor conocida y muy similar) es la hipotensión ortostática. Esto es la caída de la presión arterial sanguínea tras haber estado de pie mucho tiempo. Una gran cantidad de sangre se acumula en las piernas impidiendo que la cantidad normal de sangre regrese al corazón, lo que da como consecuencia que tampoco sea posible que una cantidad adecuada de sangre salga del corazón para circular hacia el cuerpo, principalmente al cerebro.
Sea cual fuere la causa de la muerte, sin duda se trata de una de las mayores chapuzas hechas en nombre de la ciencia.
Enlace: http://www.lycaeum.org/w/images/2/23/LSD_Elephant_1069a.pdf
Pobre elefante.
Ojala se extinga la puta raza humana